DIVERSAS CONCEPCIONES SOBRE LA REALIDAD HUMANA
¿Qué sentido tiene la educación en la
existencia del hombre? La respuesta es clara: su perfeccionamiento. Pero ¿a qué
llamamos perfeccionamiento humano? Para contestar a ello, deberemos antes
aclarar cuál es nuestro concepto de realidad humana; pues lo que entendamos por
perfeccionamiento será diverso, según tengamos la idea de un ser inmanente o un
de un ser trascendente.
La pluralidad de interpretaciones sobre lo que es la
realidad humana, generalmente causa confusión y pesimismo a quienes se inician
en su estudio, cayendo en un escepticismo – que afirma que la verdad es
inaccesible- o relativismo – que afirma que la verdad la decide cada cual.
Conocida es la refutación de lo primero: si la verdad es imposible que sea
aprehendida por el hombre, ¿no es un sinsentido pedir que se acepte como verdad
absoluta que la verdad es inaprensible? Con respecto a lo segundo, es clara
también la confusión entre la verdad que es real, por lo tanto independiente de
nuestro pensar y el error o ignorancia que dependen de la situación en que se
encuentra el investigador. Ahora bien, respecto lo que el hombre es, nos
encontramos con una diversidad de ideas que van desde afirmar que es la noventa
y nueve especie de mono hasta quienes aseguran que es un ángel. Algunas
consideraciones son absolutamente erróneas pues su error está en la definición
de su misma esencia,; otras, en cambio, divergen en cuestiones dimensionales
que, en una mirada jerárquica o en profundidad, muy bien pueden complementarse.
Durante este curso no podremos profundizar sobre ninguna de estas visiones,
como tampoco podremos tratar todas las visiones o corrientes antropológicas
existentes a lo largo de la historia; un curso de antropología filosófica
requeriría mínimo de un estudio anual. Lo importante es que cada uno desde sí y
en sí estudie lo que es ser y existir como persona humana; pues no hacemos sino
descubrir la verdad sobre la realidad más cercana a nosotros: nosotros mismos.
Lo que sí podremos hacer y entregar como guía para un diálogo con otros
pensadores, es lo que llamaremos:
1. El hombre, realidad trascendente.
Gran parte del pensamiento filosófico ha explicado la
realidad humana refiriéndolo a una realidad que lo trasciende y en la cual
encuentra su origen y destino: un ser Creador Omnipotente, Principio de toda
realidad. Lo común a estas concepciones es definir lo humano por su
espiritualidad; dar a la vida un sentido que la trasciende más allá del
nacimiento y de la muerte, un sentido que trasciende lo mundanal; el aquí y el
ahora. La educación para estas concepciones se vincula a esa trascendencia, por
cuanto se evalúa lo inmanente por su sentido en lo trascendente. Sin embargo,
existen dos visiones filosóficas distintas sobre cómo acceder a la comprensión
de nuestro ser.
1.a) La realidad personal entendida “desde” lo trascendente.
Según esta interpretación, el hombre sólo puede ser
comprendido desde lo superior, esto es, desde Dios. Sin la revelación de su
origen divino, de su caída y redención, de la gracia y destino ultraterrenal,
no sería posible la explicación de su ser, ni su sentido ni el de la educación.
No sería, por lo mismo, la razón el punto de partida del saber sobre lo humano,
sino la fe que da acceso a la verdad revelada. Ya instalados en lo divino, en
lo sobrenatural, en el Supremo Ser, podríamos ir hacia el ser humano, creado a
imagen y semejanza de su Creador.
Representantes de esta visión son los filósofos protestantes
Brunner, Barth; el ortodoxo Berdaeff, los católicos Haecker, Guardini, Pfeil,
el católico, budista, zen Karlfried Graf Dürckheim; otros. La antropología
filosófica, por lo tanto, se sustenta en su punto de partida necesario: la
antropología teológica...
1.b) La realidad personal entendida “hacia” lo trascendente
Esta concepción del ser humano, se diferencia
de la anterior, no tanto por su contenido sino por el método o camino recorrido
para llegar a la comprensión de lo humano. Instalados en la realidad misma del
ser humano, nos encontramos con la religación como constitutiva a su ser: el
hombre existe pero no tiene en sí el poder para crearse; ninguna criatura lo
tiene. El hombre, eso sí, a diferencia de las otras realidades vivientes es
consciente de su realidad y la cuestiona. Viviendo, no vivimos por vivir sino
para algo; siempre espera algo más y realiza actuaciones y obras que expresan
su trascendencia. En búsqueda constante de los misterios de la creación del
universo y de sí mismo, se pregunta por Dios, lo cuestiona, lo ama, lo rechaza…
pero sabe que la ciencia y la filosofía tiene límites que sólo la fe y la
sobre- consciencia pueden traspasar. En esta visión podemos nombrar a Pascal,
Marcel, Zubiri.
2. El hombre como criatura absolutamente natural
Esta visión niega abierta o subrepticiamente la
trascendencia y la espiritualidad, lo divino, la fe, la teología, la
metafísica. Se trata de una visión materialista, naturalista, inmanentista en
la cual el conocimiento y la educación se ponen al servicio de un ser que busca
bienestar y/o poder.
Representante es Haeckel, profesor de zoología quien
entrega su visión sobre el hombre en su libro “Los enigmas del universo”,
escrito en 1899. Con ocasión de las geniales investigaciones de Lamarck y
Darwin, teoriza, rechazando toda idea religiosa; sin embargo acepta como
verdaderas toda fe en la no existencia de lo espiritual. Para Haeckel, el
hombre es el último producto de la evolución de la materia que es extensión y
movimiento. La diferencia entre la vida y no vida, la planta y el animal y el
hombre, no son esenciales sino meramente graduales, esto es, de complejidad en
la organización de la materia. En esta visión se parte y queda en la materia,
en sus procesos de generación y corrupción, evolución y desarrollo. Watson,
Skinner, Thorndike son algunos representantes que han tenido influencias en
ámbitos educacionales, con sus teorías del aprendizaje humano, basado en la
similitud del aprendizaje de las ratas u otros animales. La inteligencia se
comprueba por el rendimiento, la productividad. El hombre es y tiene cuerpo.
Otros materialistas son: Buchner, Vogt, Molschott, Spengler, Lenin, Marx,
Oparin, etc.
3. El hombre estudiado desde sí
3.a) Concepción biológica: Representada por Arnold Gehlen y su obra
"El hombre, su naturaleza y su puesto en el mundo" (1.950). El
estudio de este autor estriba en la comparación del hombre con el animal: pero
no para identificarlo con él; como un animal más sino, por el contrario, para
diferenciarlo e indagar por su peculiaridad específica. De esta forma, Gehlen a
diferencia de Haeckel, estudiando la conducta animal y la humana, concluye que
hacer un paralelo analíco entre partes de una y otra realidad, pierde de vista
la totalidad estructural. Si se desmenuza el todo, nos dirá, se volatizará la
unidad vital, quedando elementos inertes sin significado final. Así, Gehlen
rechaza la explicación del hombre desde el animal, concluyendo que el animal
tiene un medio reducido a su naturaleza orgánico sensorial y que el hombre,
debido a una indeterminación o inespecialización, tiene una ilimitada capacidad
de aprehensión que le amplía el ambiente, dando lugar a un mundo en el cual se
mueve por aprendizaje, entendido como "tanteo".
El animal posee un organismo altamente especializado,
por lo tanto, hace lo que por naturaleza está ordenado a hacer. El hombre, en
ese mismo sentido, es deficiente; sus respuestas son de alcance limitado y al
no estar predeterminadas por su naturaleza, tiene una amplia gama de elección,
con lo cual puede errar con facilidad. Por ello, continúa Gehlen, el hombre es
la creatura que permanece más tiempo dependiendo de sus progenitores. Entonces,
explica, para subsistir a pesar del riesgo de errar, surgen "por
naturaleza" medios como el lenguaje que le permite ordenar, retener,
traspasar las impresiones que, de otra forma, serían caóticas. Así, crea
instrumentos que le permiten aprender y enseñar, resolver situaciones
repetitivas y superar sus deficiencias. Es la idea del homo faber, del homo
técnico o instrumental.
3.b) Concepción racionalista: Es la idea de hombre que se identifica con
la capacidad de razonar: "caña pensante", "animal
racional"... En esta concepción, el cuerpo es una especie de apéndice
molesto, bestial; del cual se ocupan profesionales inferiores: así, el médico.
Representante es René Descartes quien equipara lo
psíquico con el pensamiento y éste con lo esencialmente humano. Así, provoca
una escisión entre cuerpo y razón, considerándolos mundos irreconciliables.
Famosa es su frase "Pienso, luego existo"
3.c) Concepción vitalista: Surge por oposición al racionalismo.
Shopenhauer afirmará e predominio de la voluntad metafísica; Nietzsche, el de
la voluntad vital. Klages, en su obra "El espíritu como adversario del
alma" de 1937, revela su pensamiento: la realidad originaria es suceso,
movimiento, fantasía. El espíritu racional, en cambio, diseca la realidad a
través del pensamiento conceptual que quita lo único, lo singular, la
movilidad, lo poético, dejando de esta forma lo esquelético de la realidad, lo
genérico y abstracto... El ideal de hombre es una comunión vital con el mundo;
indivisible de él, fusionado: el hombre no piensa el mundo sino lo vivencia.
Podríamos decir que la crítica de Klages es válida en
la medida que nos alerta sobre los límites de la razón conceptualizadora sin
más y que, obviamente, el espíritu no es sinónimo de razón ni ésta es la define
al hombre. Lo negativo de su visión, es su tendencia a reducir la libertad
auténtica a mera espontaneidad, la sensibilidad a sensiblería o emocionalismo.
4. El hombre como individuo en el mundo
4.a) Individualismo. Representante entre otros es S. Kierkegaard para
quien el hombre es ante todo un individuo que existe, es decir, que va
haciéndose a sí mismo en el seno de la libre decisión; por supuesto que para él
-creyente en Dios- esta decisión es realizada en vistas de la trascendencia
hacia ese ser superior. El problema es que quienes plantean este individualismo
no otorgan la importancia que tiene el mundo, el "otro", la
"sociedad". Por lo demás, para quien no es creyente en Dios como ser
bondadoso, justo, el dio puede ser el poder inescrupuloso. De esta forma, el
individualismo de Kierkegaard deja al ser individual sumido en una angustiosa
soledad de la que no puede salir a menos que trascienda hacia Dios.
4.b) Socialismo. Por oposición, surgen los que niegan la persona como
ser único, considerándolo como una pieza de una máquina o sistema que es lo
único importante. Así, surge la frase: "el hombre es para la
sociedad". En esta visión, la persona como individuo desaparece al igual
que su libertad y responsabilidad; siendo lo determinante el ambiente. El
hombre es producto de la sociedad a la cual debe someter sus intereses.
Representantes son Sain Simon, Fourier, Owen, Marx, Habermas, entre otros. Esta
visión surge por oposición al individualismo y a la visión trascendente, por lo
cual se establece que el hombre es una animal social. La escuela tiene como
misión fundamental la socialización del hombre y la promoción de los intereses
sociales; pues con respecto a la sociedad, todo otro grupo debe ser considerado
un subsistema que sirve al gran sistema.
Distintas a ambas formas de entender la relación hombre-mundo, es la
idea de Heidegger, Buber o Zubiri, para quienes el ser personal desde sí es
abierto al mundo con el cual forma ámbitos de encuentro, comunicación y
co-creación.
¿Qué es el hombre y cuál es el sentido de la
educación y nuestro sentido como profesionales vinculados a ella? La respuesta
debe tenerla cada cual pues no hablamos de realidades ajenas o distantes; por
lo mismo, cada cual es responsable de su pensar, decidir y actuar frente así y
al Universo y los mundos que hemos creado en él.
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