martes, 22 de febrero de 2022

DIVERSAS CONCEPCIONES SOBRE LA REALIDAD HUMANA

DIVERSAS CONCEPCIONES SOBRE LA REALIDAD HUMANA


     ¿Qué sentido tiene la educación en la existencia del hombre? La respuesta es clara: su perfeccionamiento. Pero ¿a qué llamamos perfeccionamiento humano? Para contestar a ello, deberemos antes aclarar cuál es nuestro concepto de realidad humana; pues lo que entendamos por perfeccionamiento será diverso, según tengamos la idea de un ser inmanente o un de un ser trascendente.
     La pluralidad de interpretaciones sobre lo que es la realidad humana, generalmente causa confusión y pesimismo a quienes se inician en su estudio, cayendo en un escepticismo – que afirma que la verdad es inaccesible- o relativismo – que afirma que la verdad la decide cada cual. Conocida es la refutación de lo primero: si la verdad es imposible que sea aprehendida por el hombre, ¿no es un sinsentido pedir que se acepte como verdad absoluta que la verdad es inaprensible? Con respecto a lo segundo, es clara también la confusión entre la verdad que es real, por lo tanto independiente de nuestro pensar y el error o ignorancia que dependen de la situación en que se encuentra el investigador. Ahora bien, respecto lo que el hombre es, nos encontramos con una diversidad de ideas que van desde afirmar que es la noventa y nueve especie de mono hasta quienes aseguran que es un ángel. Algunas consideraciones son absolutamente erróneas pues su error está en la definición de su misma esencia,; otras, en cambio, divergen en cuestiones dimensionales que, en una mirada jerárquica o en profundidad, muy bien pueden complementarse. Durante este curso no podremos profundizar sobre ninguna de estas visiones, como tampoco podremos tratar todas las visiones o corrientes antropológicas existentes a lo largo de la historia; un curso de antropología filosófica requeriría mínimo de un estudio anual. Lo importante es que cada uno desde sí y en sí estudie lo que es ser y existir como persona humana; pues no hacemos sino descubrir la verdad sobre la realidad más cercana a nosotros: nosotros mismos. Lo que sí podremos hacer y entregar como guía para un diálogo con otros pensadores, es lo que llamaremos:

1. El hombre, realidad trascendente.
    Gran parte del pensamiento filosófico ha explicado la realidad humana refiriéndolo a una realidad que lo trasciende y en la cual encuentra su origen y destino: un ser Creador Omnipotente, Principio de toda realidad. Lo común a estas concepciones es definir lo humano por su espiritualidad; dar a la vida un sentido que la trasciende más allá del nacimiento y de la muerte, un sentido que trasciende lo mundanal; el aquí y el ahora. La educación para estas concepciones se vincula a esa trascendencia, por cuanto se evalúa lo inmanente por su sentido en lo trascendente. Sin embargo, existen dos visiones filosóficas distintas sobre cómo acceder a la comprensión de nuestro ser.


1.a)   La realidad personal entendida “desde” lo trascendente.
    Según esta interpretación, el hombre sólo puede ser comprendido desde lo superior, esto es, desde Dios. Sin la revelación de su origen divino, de su caída y redención, de la gracia y destino ultraterrenal, no sería posible la explicación de su ser, ni su sentido ni el de la educación. No sería, por lo mismo, la razón el punto de partida del saber sobre lo humano, sino la fe que da acceso a la verdad revelada. Ya instalados en lo divino, en lo sobrenatural, en el Supremo Ser, podríamos ir hacia el ser humano, creado a imagen y semejanza de su Creador.
    Representantes de esta visión son los filósofos protestantes Brunner, Barth; el ortodoxo Berdaeff, los católicos Haecker, Guardini, Pfeil, el católico, budista, zen Karlfried Graf Dürckheim; otros. La antropología filosófica, por lo tanto, se sustenta en su punto de partida necesario: la antropología teológica...


1.b) La realidad personal entendida “hacia” lo trascendente
     Esta concepción del ser humano, se diferencia de la anterior, no tanto por su contenido sino por el método o camino recorrido para llegar a la comprensión de lo humano. Instalados en la realidad misma del ser humano, nos encontramos con la religación como constitutiva a su ser: el hombre existe pero no tiene en sí el poder para crearse; ninguna criatura lo tiene. El hombre, eso sí, a diferencia de las otras realidades vivientes es consciente de su realidad y la cuestiona. Viviendo, no vivimos por vivir sino para algo; siempre espera algo más y realiza actuaciones y obras que expresan su trascendencia. En búsqueda constante de los misterios de la creación del universo y de sí mismo, se pregunta por Dios, lo cuestiona, lo ama, lo rechaza… pero sabe que la ciencia y la filosofía tiene límites que sólo la fe y la sobre- consciencia pueden traspasar. En esta visión podemos nombrar a Pascal, Marcel, Zubiri.

2. El hombre como criatura absolutamente natural
     Esta visión niega abierta o subrepticiamente la trascendencia y la espiritualidad, lo divino, la fe, la teología, la metafísica. Se trata de una visión materialista, naturalista, inmanentista en la cual el conocimiento y la educación se ponen al servicio de un ser que busca bienestar y/o poder.
     Representante es Haeckel, profesor de zoología quien entrega su visión sobre el hombre en su libro “Los enigmas del universo”, escrito en 1899. Con ocasión de las geniales investigaciones de Lamarck y Darwin, teoriza, rechazando toda idea religiosa; sin embargo acepta como verdaderas toda fe en la no existencia de lo espiritual. Para Haeckel, el hombre es el último producto de la evolución de la materia que es extensión y movimiento. La diferencia entre la vida y no vida, la planta y el animal y el hombre, no son esenciales sino meramente graduales, esto es, de complejidad en la organización de la materia. En esta visión se parte y queda en la materia, en sus procesos de generación y corrupción, evolución y desarrollo. Watson, Skinner, Thorndike son algunos representantes que han tenido influencias en ámbitos educacionales, con sus teorías del aprendizaje humano, basado en la similitud del aprendizaje de las ratas u otros animales. La inteligencia se comprueba por el rendimiento, la productividad. El hombre es y tiene cuerpo. Otros materialistas son: Buchner, Vogt, Molschott, Spengler, Lenin, Marx, Oparin, etc.


3. El hombre estudiado desde sí
3.a) Concepción biológica: Representada por Arnold Gehlen y su obra "El hombre, su naturaleza y su puesto en el mundo" (1.950). El estudio de este autor estriba en la comparación del hombre con el animal: pero no para identificarlo con él; como un animal más sino, por el contrario, para diferenciarlo e indagar por su peculiaridad específica. De esta forma, Gehlen a diferencia de Haeckel, estudiando la conducta animal y la humana, concluye que hacer un paralelo analíco entre partes de una y otra realidad, pierde de vista la totalidad estructural. Si se desmenuza el todo, nos dirá, se volatizará la unidad vital, quedando elementos inertes sin significado final. Así, Gehlen rechaza la explicación del hombre desde el animal, concluyendo que el animal tiene un medio reducido a su naturaleza orgánico sensorial y que el hombre, debido a una indeterminación o inespecialización, tiene una ilimitada capacidad de aprehensión que le amplía el ambiente, dando lugar a un mundo en el cual se mueve por aprendizaje, entendido como "tanteo".
     El animal posee un organismo altamente especializado, por lo tanto, hace lo que por naturaleza está ordenado a hacer. El hombre, en ese mismo sentido, es deficiente; sus respuestas son de alcance limitado y al no estar predeterminadas por su naturaleza, tiene una amplia gama de elección, con lo cual puede errar con facilidad. Por ello, continúa Gehlen, el hombre es la creatura que permanece más tiempo dependiendo de sus progenitores. Entonces, explica, para subsistir a pesar del riesgo de errar, surgen "por naturaleza" medios como el lenguaje que le permite ordenar, retener, traspasar las impresiones que, de otra forma, serían caóticas. Así, crea instrumentos que le permiten aprender y enseñar, resolver situaciones repetitivas y superar sus deficiencias. Es la idea del homo faber, del homo técnico o instrumental.


3.b) Concepción racionalista: Es la idea de hombre que se identifica con la capacidad de razonar: "caña pensante", "animal racional"... En esta concepción, el cuerpo es una especie de apéndice molesto, bestial; del cual se ocupan profesionales inferiores: así, el médico.
     Representante es René Descartes quien equipara lo psíquico con el pensamiento y éste con lo esencialmente humano. Así, provoca una escisión entre cuerpo y razón, considerándolos mundos irreconciliables. Famosa es su frase "Pienso, luego existo"


3.c) Concepción vitalista: Surge por oposición al racionalismo. Shopenhauer afirmará e predominio de la voluntad metafísica; Nietzsche, el de la voluntad vital. Klages, en su obra "El espíritu como adversario del alma" de 1937, revela su pensamiento: la realidad originaria es suceso, movimiento, fantasía. El espíritu racional, en cambio, diseca la realidad a través del pensamiento conceptual que quita lo único, lo singular, la movilidad, lo poético, dejando de esta forma lo esquelético de la realidad, lo genérico y abstracto... El ideal de hombre es una comunión vital con el mundo; indivisible de él, fusionado: el hombre no piensa el mundo sino lo vivencia.
     Podríamos decir que la crítica de Klages es válida en la medida que nos alerta sobre los límites de la razón conceptualizadora sin más y que, obviamente, el espíritu no es sinónimo de razón ni ésta es la define al hombre. Lo negativo de su visión, es su tendencia a reducir la libertad auténtica a mera espontaneidad, la sensibilidad a sensiblería o emocionalismo.

4. El hombre como individuo en el mundo
4.a) Individualismo. Representante entre otros es S. Kierkegaard para quien el hombre es ante todo un individuo que existe, es decir, que va haciéndose a sí mismo en el seno de la libre decisión; por supuesto que para él -creyente en Dios- esta decisión es realizada en vistas de la trascendencia hacia ese ser superior. El problema es que quienes plantean este individualismo no otorgan la importancia que tiene el mundo, el "otro", la "sociedad". Por lo demás, para quien no es creyente en Dios como ser bondadoso, justo, el dio puede ser el poder inescrupuloso. De esta forma, el individualismo de Kierkegaard deja al ser individual sumido en una angustiosa soledad de la que no puede salir a menos que trascienda hacia Dios.


4.b) Socialismo. Por oposición, surgen los que niegan la persona como ser único, considerándolo como una pieza de una máquina o sistema que es lo único importante. Así, surge la frase: "el hombre es para la sociedad". En esta visión, la persona como individuo desaparece al igual que su libertad y responsabilidad; siendo lo determinante el ambiente. El hombre es producto de la sociedad a la cual debe someter sus intereses. Representantes son Sain Simon, Fourier, Owen, Marx, Habermas, entre otros. Esta visión surge por oposición al individualismo y a la visión trascendente, por lo cual se establece que el hombre es una animal social. La escuela tiene como misión fundamental la socialización del hombre y la promoción de los intereses sociales; pues con respecto a la sociedad, todo otro grupo debe ser considerado un subsistema que sirve al gran sistema.
Distintas a ambas formas de entender la relación hombre-mundo, es la idea de Heidegger, Buber o Zubiri, para quienes el ser personal desde sí es abierto al mundo con el cual forma ámbitos de encuentro, comunicación y co-creación.
     ¿Qué es el hombre y cuál es el sentido de la educación y nuestro sentido como profesionales vinculados a ella? La respuesta debe tenerla cada cual pues no hablamos de realidades ajenas o distantes; por lo mismo, cada cual es responsable de su pensar, decidir y actuar frente así y al Universo y los mundos que hemos creado en él.
 


No hay comentarios:

Publicar un comentario