PRINCIPIOS EDUCATIVOS DEL SABER PEDAGÓGICO
LILIAN ARELLANO RODRÍGUEZ
1. Principio de dignidad del ser personal: La persona, es un fin en sí misma, un ser valioso. Jamás debe ser considerada como un mero producto, cosa o medio que vale en la medida que es útil. El profesor debe valorar y tratar al alumno como persona, independientemente de su edad, capacidades y condiciones de cualquier índole.
2. Principio de integridad o indivisibilidad: Cada persona es un ser íntegro, un todo indivisible. Es absurdo solicitar que el alumno esté sólo como un intelecto: es un ser unipluridimensional educándose.
3. Principio de identidad o autenticidad: Cada ser es único y por primera vez vive cada momento también único de su existencia. Esta unicidad le hace irrepetible, inigualable, no cuantificable, no comparable; otorgándole un valor único a su ser. Esta unicidad le otorga una personalidad que debe ser descubierta por el alumno y realizada educativamente. El profesor pone su capacidad educativa al servicio del alumno, para que este descubra su estilo de ser…
4. Principio de intimidad: Cada uno sólo es accesible a sí mismo; yo me puedo comunicar con el otro, acogerlo e intentar ser acogido pero no puedo existirlo. Tal como decía el filósofo José Ortega y Gasset, no me queda otra que dolerme mi propio dolor de muelas; por mucho que tú me ames no puedes doler mi dolor. Podemos intentar consolar (estar con la soledad del otro) al amigo, al alumno, intentar condolernos, empalizar con él; pero no podemos vivir su dolor o alegría. Tal vez muchas veces nos entristezcamos con las tristeza del amado-a, entonces, seremos dos tristes. Como educadores debemos tener la sensibilidad, tomar conciencia de que estamos ante personas insondables, con historias de vida única de las cuales ellos mismos no tienen conciencia total. Cada enseñanza parte de nosotros pero no sabemos cuánto pueden afectar a cada ser.
5. Principio de auto-posesión: Somos seres perfectibles pero cada uno posee una integridad de ser, una sustantividad que le hacer ser una realidad y no una parte de otra realidad o de un conglomerado de realidades. Nadie se puede adueñar de nuestro ser; nadie tiene derecho a intentar hacerlo bajo una supuesta superioridad o afán de poder. Cada persona es respetable: se debe instar al diálogo, a la conversación o narración, al encuentro pero no al encontronazo. Se debe educar para que el alumno sea capaz de auto poseerse, esto es, para descubrirse, respetarse, dominarse, realizarse.
6. Principio de trascendencia: Somos seres que poseemos una esencia que nos otorga una existencia
pero no hecha sino haciéndose; una existencia que se va conformando en un
diálogo o juego con los y lo demás. Somos inabarcables para nosotros mismos; no
sabemos la trascendencia que tienen nuestras decisiones, acciones u omisiones.
Sobre nuestro
propio origen de ser (creación) y destino (existencia después de esta vida)
sólo tenemos nuestras creencias y alguna vaga idea…
¿Cuántas frases o actos de un profesor han trascendido hasta llevarnos a
aborrecer o, por el contrario, a admirar una ciencia o arte? ¿Qué sentido tiene
querer ser mejores? ¿Qué podemos hacer por el Universo?
¿Qué debe hacer el pedagogo-educador por el Universo?
8. Principio de autonomía: En cuanto somos conscientes de nuestro ser íntimo, único, libre, debemos descubrir nuestros principios de vida y ser consecuente con ellos: tener convicciones. Quien tiene convicciones puede entrar en diálogo con otros, ser confiable, respetar… Quien no tiene convicciones, se acomoda a las conveniencias del momento.
9. Principio de responsabilidad: La libertad nos
hace responsables de nuestras decisiones, acciones; de nuestros aciertos y
errores. Debemos dar cuenta de nosotros y de nuestros actos y omisiones. Nos
“comprometemos” con los demás, legitimamos nuestras capacidades como expertos
en una profesión u oficio. Nos comprometemos con una familia; formamos una
familia. Nos comprometemos con un oficio o trabajo, con la constitución de un
país…con un credo.
10. Principio de privacidad: El ser humano, en cuanto ser único, íntimo, irrepetible, requiere de privacidad. La privacidad le otorga el derecho a comunicar lo que corresponde a su ser personal a quienes decide porque son sus amigos, familia o personas confiables. Debemos distinguir entre lo privado y lo público. La sala de clases es un lugar público donde se da una comunión pedagógica y de compañerismo: sólo lo que atañe a ello es comunicable en forma pública. El profesor debe respetar y enseñar a respetar la privacidad de las historias personales; debe enseñar a distinguir entre un buen compañero de curso (que ojala todos lo fueran) y el buen amigo que se escoge y cuenta con nosotros en situaciones personales que escapan los límites escolares.
11. Principio de respeto: Cada persona
es respetable por ser persona; pero necesariamente todo actuar de la persona es
respetable. Lo respetable, mueve a la admiración; lo no respetable mueve a la
huida, a la aversión o no aceptación. Así, no debemos permitir la agresión o
maltrato aunque amemos mucho a la persona de la cual provienen.
12. Principio de tolerancia a la divergencia: Hay diversidades de forma de ser, credos o ideas que no compartimos pero que tampoco nos agraden o atentan contra nuestra dignidad. En este caso, debemos aceptar con amabilidad lo diverso. (Cf. Aula Socrática: Pluralismo y convicción, en educadesdelaciencia.blogspot.com)
13. Principio de veracidad: Debemos ser
leales a la verdad, a la realidad. Debemos distinguir entre la situación en que
nos encontramos, lo que nos gustaría que fuera y lo que realmente es. Debemos
ser dar razón de lo que pensamos; pero principalmente debemos poner al alumno
frente a la realidad para que él se haga una idea y cargo de ella. Debemos
enseñar a pensar, a encontrarse con la realidad tal cual es, enseñar el
asombro, la indagación… Por ello la pedagogía es siempre una pedagogía de
ejemplos.
16. Principio de formación: el espíritu de la información educativa, debe ser formativo. A diferencia del instructor cuya finalidad es que el alumno adquiera conocimientos, datos, fórmulas, estrategias, habilidades, el profesor tiene como finalidad que el alumno se forme como persona. El educador entrega la información pero con un sentido que la trasciende: la formación integral de la persona del alumno.
17. Principio de finalidad: Cada conocimiento,
acción u obra; cada concepto, tiene un significado pero sólo su sentido permite
entenderlo, valorarlo y ver las posibilidades, impacto, su pertinencia o
contextualización. El significado instruye, forma eruditos; el sentido, educa.
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