jueves, 13 de marzo de 2025

BIENVENIDA ESTUDIANTES Y DATOS DEL CURSO DE PEDAGOGÍA EN INGLÉS

 Estimadas/os estudiantes.   Es muy grato dar la bienvenida a profesionales en formación de la Carrera Pedagogía en inglés.

Como académica de la Facultad de Ciencias de la Educación, soy responsable del programa formativo denominado: Fundamentación del saber pedagógico.  Este curso pertenece al programa de Licenciatura en Educación, que permite obtener el grado académico de Licenciado/a en Educación.  Se otorga con el título profesional de Pedagogo/a en inglés.

PROFESORA: ANA MARÍA MADARIAGA MEZA

Oficina B 530 de la Casa Central.

Correo de contacto: alumnosvalorica@gmail.com

Teléfono: 32-2205360 – ANEXO 5360

Celular: +5699 2428392

BLOG DEL CURSO: UPLASABERES.BLOGSPOT.COM 

Calendario Académico: ver Etiqueta en el blog del curso.

Semana de bienvenida: 7 al 11 de abril.

Pausa académica: 2 al 6 de junio

Prueba especial: semana del 7 de julio.

Término de semestre: 18 de julio

FECHA EVALUACIONES DEL CURSO:

SUBCOMPETENCIA 1: semana del 14 de abril, según horario de curso.

SUBCOMPETENCIA 2: semana del 26 de mayo, 14.00 hrs, según horario de curso.

SUBCOMPETENCIA 3: semana del 16 y del 23 de junio, según horario de curso.

Les deseo un muy buen semestre académico.

La profesora.

 

MOMENTOS DEL ACTUAR ÉTICO

 MOMENTOS DEL ACTUAR ÉTICO

Pensamiento de Ignacio Ellacuría

educadesdelaciencia.blogspot.com

Lilian Arellano Rodríguez

Extracto.

 

… Debemos conocer la realidad, para direccionar nuestra creatividad y optar por aquellas respuestas que impliquen “cultivo de” y no “destrucción de”: Dar la espalda a la realidad es una actitud suicida y homicida de la cual somos inevitablemente responsables. Así, es suicida quien construye castillos en el aire, desconociendo el terreno; pues proyecta un futuro sin considerar la verdadera realidad. La imaginación pueril como es sabido es la que se pierde en ensoñaciones sin punto de apoyo en la realidad educación.  La educación requiere de la capacidad de discernir entre lo aparente y lo real, deducir las consecuencias y, luego, elegir…  En la crianza, el adulto (padres, profesores, médicos) deben elegir lo mejor, lo que es bueno para el crío y evitar lo que realmente es nocivo para él.

Para educar en responsabilidad, debemos educar desde la realidad de un ser humano “situado”, que nos permita cumplir con aquellos tres momentos éticos de que habla Ignacio Ellacuría: hacerse cargo de la realidad, cargar con ella y encargarse de ella para que sea como debe ser.

Si queremos educar, debemos conocer la realidad que viven nuestros educandos; cómo la experimentan, qué sentido y valor le dan en el marco y horizonte históricos de sus vidas. Ser científicos es ser investigadores, indagadores de la realidad misma: es en la realidad donde encontraremos la explicación de lo que le acontece. Esto, que pareciera obvio, a veces parece olvidarse; pues son muchos los que hacen discursos sobre cómo educar sin mirar al educando real; sin interesarse por sus anhelos y temores, sus penas, alegrías y esperanzas o desesperanzas. La hipótesis, la variable determinada, la muestra, la fórmula estadística…; eficaces en el ámbito del mundo predeterminado y lógico - matemático; dejan de lado, desde el punto de partida, lo más esencial del ser humano: su toma de conciencia, su libertad, su vocación de dignidad, su alma, su mismidad… Por ello, se acumulan estadísticas y cientos o miles de investigaciones sociológicas sobre la pobreza y el hombre sigue indigente; lo mismo acontece con la educación…y con otras áreas humanas. Tratemos, entonces, de entender la realidad del educando, la nuestra y el mundo real en que nos encontramos situados.  No se trata de conceptos abstractos, ni de fórmulas preconcebidas; sino de experiencias únicas que ocurren en la historia de vida de personas también unas e íntimas.

1) «Hacerse cargo de la realidad» implica entender la situación real que tenemos ante nuestra mirada. Por ejemplo, entender la situación de agresión y falta de respeto ante la cual podríamos encontrarnos en una sala de clases: Entender sus causas, motivos que la impulsan, formas de expresión, situación familiar de los educandos… Estudiar la realidad de cara a ella, no es lo mismo que estudiarla en la abstracción de un discurso lineal sobre la violencia que puede aparecer en un libro.  No digo que el libro no sirva, sino que es complemento… pero no sustituto de la realidad.  El libro puede aclararnos algunos conceptos, entregarnos algún lenguaje apropiado, algunas estrategias, precisamente, de acercamiento a la realidad que nos preocupa y la cual debemos indagar. 

Para hacernos cargo de la realidad de cualquier realidad y llevarla hasta un salón de clases para tratarla con los alumnos y/o apoderados, sin herirlos, sin exponer sus vidas privadas, el cine nos entrega un aporte pedagógico incalculable; pues a través de su ficción podemos llevar, en un lapso de dos horas, la violencia tal cual se da en situaciones reales de vida: así, podemos presenciar la historia de una agresión física y psicológica desde sus inicios y hasta su culminación; aprehendiendo a través de ella lo que ocasiona el grito, la humillación, la tolerancia de lo intolerable y, al final, la liberación y la búsqueda de la identidad perdida. El cine, nos recrea una realidad sin desintegrarla; pues al igual que la vida real, hace uso de un lenguaje no lineal. Nos permite conocer todos los factores que inciden; la historia misma de cómo se fueron dando; los personajes involucrados y sus formas de actuar e influir en ella.

 

Una pedagogía experiencial necesita instalarnos en la realidad misma para que, por empatía, accedamos a ella experiencialmente; a través no sólo de una observación directa, sino íntimamente, esto es, haciéndola formar parte de nuestras propias experiencias de vida –acogiéndola- para luego entenderla comprensivamente.  A ello aludimos cuando decimos “me pongo en el lugar de”, “siento en carne propia lo que te ha pasado”.  Se trata, entonces, de imaginarse intelectiva, moral y afectivamente lo que otros han vivido; es lo que también se logra con las historias fílmicas que mágicamente, con el uso de los recursos del lenguaje cinematográfico, nos introducen en un mundo que, aunque sabemos ficticio, nos hace sentir lo que viven los personajes: nos enojamos con ellos, reímos, lloramos, criticamos, damos consejos… El espectador de cine, en la medida que conoce todos los elementos que conforman una situación: quienes son los buenos, los que mienten, los engañados, las intenciones de los personajes, sus fortalezas y debilidades, etc., entiende la realidad, por ello, puede “hacerse cargo” de ella y, seguidamente, “hacer los cargos que corresponda”, esto es, “cargar con la realidad”.

2) “Cargar con la realidad” implica determinar y analizar los distintos grados de responsabilidades que se articulan en una situación; distinguiendo entre causas, influencias y condiciones. La causa es la determinante. Si no tienes el don o virtud del canto, por ejemplo, jamás podrás cantar bien, aunque tengas la oportunidad de acceder a los mejores maestros de canto. Pero si cantas bien, la causa es tu don y tu esfuerzo por realizarlo; el maestro ha sido una buena y a lo mejor gran influencia o apoyo positivo, que ha facilitado la acción de la causa que es siempre íntima, pero no es determinante de tu realización; pues somos libres. Ahora bien, podrás saber cantar; pero si estás afónico o estás en un recinto donde se debe guardar silencio; hay que esperar o hacer algo para que cambien las condiciones.  En otras palabras, la causa es determinante; las influencias y condiciones, no.  Existiendo la causa –el talento- el ser humano puede superar toda influencia y condicionamientos, como también puede no aprovechar las influencias y condicionamientos positivos: Tiene talento, los medios óptimos para aprender, el tiempo y lugar apropiado, pero la falta de voluntad o inseguridad, inhibe la actuación de la causa, esto es, la actualización de su talento.  Superados los vicios o debilidades, podrá realizarse si lo hace “a tiempo”; pues algunos talentos son condicionados por el paso del tiempo, a tal punto, que se vuelven un “imposible de realizar”; ejemplo, el tenis a gran nivel, la danza.  Las causas son siempre íntimas o internas (La causa de que el vidrio se quiebre con una piedra es su fragilidad; si no fuera frágil, no se rompería ni con un balazo.  Influencias para que la fragilidad actúe son muchas: agua hirviendo, un terremoto, un alunizaje…  Cargar la realidad, entonces, implica tener claridad sobre cuáles son las causas de un actuar y qué lo motiva o influye, condiciona.

 

3) “Encargarnos de la realidad” implica estar en condiciones de poder asumir la propia responsabilidad frente a quienes nos hemos comprometido. Somos educadores; algo debemos hacer frente al dolor, abandono, violencia que sufren nuestros educandos; no podemos asumir una actitud de irresponsabilidad o de inoperancia. Ser responsables implica responder de las consecuencias de lo que hacemos y de lo que no hacemos. Por supuesto que, para ello, tal como hemos visto, es necesario hacerse cargo de la realidad, luego cargar con ella y, ahora, encargarnos (responsabilizarnos) de ella; preguntarnos, entonces, qué debemos hacer ante tal situación.

Cuando damos espacio y derecho a cualquier acción injusta, sin hacer nada, no sólo aumentamos el daño a quien ha sido injustamente agredido, sino que dificultamos la convivencia en paz de un curso y damos lugar al mal ejemplo. 

… Debemos asumir nuestra responsabilidad; atrevernos a mirar, ver y tomar las riendas para guiar a quienes nos corresponda por buenos caminos y, si no existen, construirlos… Buscar o crear un buen material en el cual los educandos descubran y logren discernir y entender el buen y mal actuar, la diferencia entre virtudes y vicios, se planteen dilemas éticos… Liderar para instar a otros a colaborar en la misma ruta, elaborar planes de acción o programas educativos y, así, formar en valores para erradicar la maleza y sanar las heridas de muchas almas. 

Alfonso López Quintás, afirmaba en el libro que escribiera junto a Gustavo Villapalos: “La responsabilidad es siempre proporcional a la dignidad. La dignidad de quien consagra su vida a orientar a niños y jóvenes es muy alta. Se hace responsable del futuro de estas personas y, consiguientemente, de la sociedad”

 

Antes de hacernos cargo de la realidad, debemos hacernos cargo de nosotros.

Entender o entendernos no es fácil. Por ahora, digámoslo en forma simple: Somos lo que hemos ido haciendo de nosotros a lo largo de nuestra trayectoria de vida; en ello debemos incluir lo que podíamos o debíamos haber sido y no fuimos y lo que podríamos o deberíamos ser y aún no realizamos. Generalmente, entender nuestro propio actuar personal, es mucho más complejo que entender el de otros… A veces, la explicación o comprensión de una actitud, decisión o comportamiento está en la interpretación o sentido que hemos dado en el pasado a una experiencia que, para otros, podría no tener mayor incidencia.  Analizarnos moralmente es difícil, influyen sentimientos y un pasado que no es recordado tal cual ocurrió.  Además, el pasado ya fue, no es modificable; la esperanza está en proyectar un futuro que aún no es.  Es algo que todo educador debe tener presente, para alentar al alumno a superarse y no aplastarlo, haciendo hincapié en el error ya pasado.

 

 

FUNDAMENTOS ONTOLÓGICOS DE LA EDUCACIÓN

FUNDAMENTOS ONTOLÓGICOS DE LA EDUCACIÓN

LILIAN ARELLANO RODRÍGUEZ

Educadesdelaciencia.blogspot.com

 ….  Antes de ir tras los fundamentos de la educación, del saber de la educación y de la pedagogía, es necesario aclarar que  cuando el físico, químico o biólogo, se preguntan qué es realidad, qué es ser, existir…, no está haciendo física, química o biología, sino filosofía; específicamente, lo que algunos llaman metafísica (lo que está más allá de la física; otros, ontología (estudio del ser, de la realidad) y, otros, simplemente filosofía pura o filosofía primera, aludiendo a que su objeto de estudio  es aquello que es común a toda realidad: ser reales. También es importante tener presente que la pregunta por la realidad –no por tal o cual realidad- aparece como una pregunta no sólo necesaria sino previa a toda otra pregunta; pues bien podría alguien dedicar su vida al estudio de una realidad que no es tal, que no existe, otorgándole, consiguientemente, atributos, poderes o méritos que no son tales, que no le corresponden. Es lo que pasa con el niño que realiza una serie de acciones para que el Viejo de Pascua le traiga regalos o con el joven que culpa a "la sociedad" de lo que le acontece…

Bien pueden ya deducir por qué, durante esta Primera Unidad, reflexionaremos en torno a las preguntas: qué es realidad, cuáles son los atributos de la realidad, qué tipo de realidad es la educación, qué tipo de realidad somos nosotros, nosotras...

EDUCACIÓN, REALIDAD, SENTIDO REAL Y ARREALIDAD

LA REALIDAD COMO DE SUYO

         Es el filósofo Xavier Zubiri, quien otorga a la reflexión sobre la realidad, el carácter de filosofía primera, fundamental, sustento de toda filosofía, base de todo otro conocimiento y decir académico (el académico, a diferencia del mero opinante, es quien puede dar razón de su decir)….

                               Hace muchos años atrás… siendo estudiante universitaria de tercero, me inscribí en un curso sobre Xavier Zubiri… Entonces, lo admiré y odié. El “odio” surgió porque entender su libro “Sobre la esencia”, de 521 complicadas páginas, era un reto que acaparaba toda mi atención y máxima dedicación; además, echaba por tierra una idea fundamental de su maestro José Ortega y Gasset –para quien la vida era la realidad radical- a quien yo admiraba por su personalidad, estilo de escribir y coraje... En ese libro, Zubiri hacía una propuesta ontológica distinta, compleja, profunda… Fue una de esas ideas la que me marcó profundamente, como persona y como profesional: una idea que sentí expresaba magistralmente una verdad indiscutible pero no considerada: La realidad es el fundamento de todo saber y realidad es lo que es “de suyo”. Hasta entonces, la ontología había girado en torno al ser; ahora, Zubiri nos decía: el ser radica en la realidad, el ser es un atributo de la realidad; el ser no es lo primero sino la realidad y realidad es lo que es “de suyo”, esto es, es lo que es independientemente de lo que conozcamos, digamos, pensemos o sentido que demos a la realidad… Explico, ejemplifico:  miren a su alrededor y fíjense en “la mesa” más cercana que tengan… así se entenderá con mayor facilidad: la filosofía es un quehacer que debe hacer cada cual y debe hacerlo desde la realidad; los mayores problemas surgen y no se solucionan porque el ser humano no quiere “ver” la realidad.  Me refiero a un ver inteligente, que hace uso del entendimiento.

                Esta realidad a la cual llamo y uso como mesa, esto es, como algo donde puedo apoyar cosas, poner sillas alrededor para sentarnos y almorzar o, simplemente colocar un florero o candelabro…  Esta realidad, “de suyo” – realmente- es madera; a esta realidad –de suyo- no le pertenece ser mesa…  Si la llevo a un científico para que me diga qué realidad es: me dirá que es madera; de pino, encina o eucaliptus.  Mesa es un sentido que hemos convenido darle; un sentido no le pertenece a ella como tal; tanto, que, a esta misma realidad, en otro momento, le puedo dar el sentido de camilla, pieza de museo o barricada…

                Ahora bien, el ser humano no sólo da diferentes sentidos a la realidad; sino que inventa, fantásticamente, arrealidades, esto es, idea y da forma a seres no reales: Bolt, Batman, Dumbo, Shrek y Fiona, Familia Simpson, Viejo de Pascua…  Inmediatamente, todos sabemos a quién se refieren con estos nombres, como también sabemos que no son reales: Alguien los ideó, conceptualizó, describió, inventó una historia de vida, imaginó su figura y dio “cuerpo” comunicarlo…. Creó todo un mundo ficticio para hacerlo “creíble”: Pero sabemos que de suyo no son reales y, a diferencia de ese sentido que damos a una realidad que de suyo tiene un sustento real, estas no lo tienen. 

IMPORTANCIA EDUCATIVA DE LA COMPRENSIÓN Y DISTINCIÓN ENTRE    “REALIDAD”, “SENTIDO REAL” Y “ARREAL”

                Explicado lo que es la realidad a diferencia del sentido real que podemos otorgar a la misma y la fantasía arreal, como futuros profesionales de la educación (pedagogos), ahora deberemos preguntarnos por qué es importante que tener claridad sobre estos conceptos y sus diferencias:

1º. Porque es necesario distinguir entre Universo y mundo:

                Universo es el constructo (entretejido) de realidades como tales. Hablamos de constructo para indicar que las realidades que conforman el Universo están actuando unas sobre otras y el todo sobre cada una…. Cada realidad está en respectividad con las demás y con el todo, aunque no sean conscientes de ello, pues la roca no es consciente de la acción de olas, moluscos, vientos y pájaros sobre ella… El Universo es un todo (Uni-verso) complejo; en constante transformación debido a la actuación de unas realidades sobre otras y a la aparición de nuevas realidades.  El Universo, en cuanto realidad, es estudiado por la filosofía, por las ciencias… Cada ciencia lo estudia desde una perspectiva distinta, teniendo presente que sólo se trata de una perspectiva limitada de un todo dinámico, viviente, lleno de incógnitas y misterios que trascienden toda ciencia y filosofía… Precisamente, universitario es quien, por amor al universo, se dedica a su descubrimiento (filósofo-científico) y/o cultivo (técnico, artista, educador…)

                Mundo, en cambio, es el Universo, la realidad, pero en cuanto vivenciada, admirada, imaginada, intuida, ideada, creída, anhelada, amada, despreciada, temida…  por cada uno, incorporando también las arrealidades… esto da lugar a que, en un mismo Universo, convivan mundos tan diversos: convergentes, paralelos, divergentes…. Un universo y tantos mundos como “experienciantes” del mismo. Mundos más simples, más complejos, más infrahumanos, más o menos superficiales o profundos…

                Como educadores, debemos tener presente que estaremos siempre en contacto con mundos infantiles, mundos adolescentes, juveniles, con mundos más adultos (pero no por ello más maduros), mundos colaboradores… otros, agresivos.  Mundos que se diferencian por las realidades que les rodean pero mucho más por el sentido que dan a ellas.  Nosotros también tenemos nuestro mundo…  El reto: lograr el diálogo y respeto entre mundos tan diversos que esperan de nosotros una orientación educadora para descubrir el Universo, cultivarlo, descubrirse, cultivarse y crear un mundo mejor.   Por supuesto que no todo mundo es respetable, ni aceptable: no debemos aceptar el mundo de quien abusa y/o prostituye a los niños, o maltrata la naturaleza, las personas… Nuestra misión es educar: enseñar a distinguir entre perfeccionamiento y corrupción.

2º.  Porque es indispensable tener presente que la realidad es lo que es realmente, independientemente de lo que pensemos, digamos o conozcamos de ella: En este sentido, la fidelidad no debe ser con quien piensa igual o distinto, sino con la realidad.

                El 15 de septiembre de este año, la Nasa informa del descubrimiento que hace de la existencia de un mundo con una puesta de sol doble. “La misión Kepler de la NASA ha realizado la primera detección inequívoca de un planeta circumbinary - un planeta que orbita dos estrellas - a 200 años luz de la Tierra…” ¿Qué significa, realmente, este descubrimiento? ¿Significa que este doble sistema solar es real desde que es descubierto o que es real “de suyo”, independientemente, tengamos o no idea de él? ¿La gravedad hacia el centro de la tierra, existe sólo desde que se enunció la ley de gravedad, o es independiente de ella?

                La respuesta a lo anterior, consecuentemente, nos debe llevar a distinguir entre la realidad y las ideas o creencias que nos formamos de ella.  Así, es muy posible que una persona no tenga idea de que está infectada por el VIH, a pesar de que esa realidad se aloje desde algún tiempo en su cuerpo y así, sin intención la traspase a su pareja, contagiándola. Sí, la realidad es real, independientemente de nuestro saber sobre ella y de lo que digamos sobre la misma. Así como nosotros también somos reales, independientemente del conocimiento que tengamos sobre nosotros mismos o del que los demás se hayan hecho de nosotros.  La realidad es real de suyo, aunque muchas veces no queramos admitirlo y actúa de acuerdo con lo que es y no de acuerdo con lo que decimos o queremos.

                Hay realidades sobre las cuales su realidad es constantemente puesta en discusión: Dios, demonios, ángeles, duendes, hadas, reencarnación… Lo cierto es que sus realidades, al igual que las realidades materiales, no dependerán de que las aceptemos o no: si Dios es real, lo será, aunque todos lo neguemos e, inversamente, si no es real, no lo será, aunque todos lo aceptemos.  Es importante, por lo tanto, estar siempre alerta, no vaya a ser que lo que aseguramos no sea tal

3º Porque la incomunicación se da por la incapacidad de atender y respetar el mundo del otro:

                ¿Cuántas veces lloraron por su “tuto” o juguete favorito y les dijeron que no tenía importancia? ¿Cuántos papeles de dulce o pétalos de flores se guardan como preciados tesoros? ¿Por qué los habitantes nativos de Chaitén no querían otro lugar para vivir? ¿Por qué nuestra casa puede volverse irreemplazable? ¿Por qué necesitamos de la música, de un poema o, simplemente, disfrutar de la belleza de un atardecer sin interrogantes? El hogar, la escuela, el templo, la universidad, no son las estructuras de piedra, ladrillo o madera sino ese sentido real que está en el alma del hombre. El educador debe enseñar a descubrir no sólo la realidad "de suyo" sino el "sentido real" con que cada cual reviste la realidad: quien sólo descubre la celulosa, jamás descubrirá la bandera de su patria, la foto del amado-a, el dibujo o carta que se guarda como recuerdo de una niñez o adolescencia… 

                Dialogar es ponerse en el lugar del otro, conocer su mundo; pues, aunque estamos en un mismo universo, cada mundo es distinto, según el sentido que vamos otorgando a las realidades, en el encuentro con ellas y durante el desarrollo de nuestra biografía. Mundos diversos, provenientes de realidades personales únicas, irreemplazables, en momentos también únicos de sus vidas.  Mundos que se enriquecen a través del diálogo o se destruyen en el afán de dominio...

                ¿La educación considera la diversidad de mundos; entrega las herramientas que cada ser necesita para descubrirse y así construir su mundo, acorde su realidad personal?  ¿Los educadores, están conscientes de que las discapacidades de unos se complementan con las genialidades de los otros y que, gracias a esas discapacidades y genialidades, todos tenemos un lugar importante en este Universo y en nuestros mundos?  Como educadores, debemos ayudar en el proceso de descubrimiento de la verdadera realidad que somos y enseñar a construir responsable y respetuosamente nuestros mundos; debemos enseñar a habitar el Universo y enseñar a usar y crear las herramientas necesarias para el cultivo de todos. Nada más injusto que la igualdad; por ello lo justo es la equidad, que es la que considera la realidad de suyo, sus diversidades y sus sentidos reales…

4º Porque, como filósofos y científicos anhelamos descubrir y entender el Universo; como técnicos, deseamos cultivar sus potencias, modificarlo, sacarle provecho; como artistas, deseamos embellecerlo combinando lo que la naturaleza espontáneamente no hace y, como educadores, debemos enseñar a descubrir y a asumir el verdadero sentido de estos quehaceres, de tal forma nuestros educandos dispongan de su saber para la construcción de un mundo mejor y de una convivencia en justicia y paz.

5º Porque el educador debe dar espacio no sólo a la ciencia, la filosofía, técnica y bellas artes, sino a la fantasía que permite al hombre descansar de la responsabilidad que tiene ante el Universo, ante nuestro propio mundo y ante el mundo de los demás. Por cuanto la realidad actúa como tal, muchas veces sentimos la impotencia de no poder hacer algo efectivo para construir ese mundo mejor que anhelamos o evitar su destrucción.  Árboles y fauna, producto de las inclemencias del tiempo, catástrofes, incendios intencionales o no, mueren sin que lo podamos evitar; las noticias nos muestran ballenas que son brutalmente asesinadas, niños mueren producto de la hambruna que azota a pueblos completos, los narcotraficantes se enriquecen a costa de la destrucción humana, las familias entran en crisis... Es inevitable sentir impotencia.  Nos sentimos tan pequeños y es tanto lo que hay que hacer y tan pocos los que realmente desean hacer algo… El error es mirar directamente el todo: no puedes cambiar directamente el Universo y todos sus mundos; pero, indirectamente, sí. Educa, entrega una formación (no sólo información) a una persona y esa persona formará e influirá en miles.

FUNDAMENTOS EPISTEMOLÓGICOS DE LA EDUCACIÓN

 FUNDAMENTOS EPISTEMOLÓGICOS DE LA EDUCACIÓN

LILIAN ARELLANO RODRÍGUEZ

educadesdelaciencia.blogspot.com 

… Ser profesor. Una profesión educativa. Profesor, profesional, derivan del verbo profesar que significa confesar, hacer público. Profesional es la forma que elegimos, de acuerdo con nuestra vocación de servicio, de hacernos presente ante los demás.   Así, profesor es el profesional de profesionales, quien se profesa enseñando a profesarse; para ello debe poner sus talentos (potencialidades) y saber al servicio de la educación del ser humano, esto es, debe constituirse en creador de situaciones que ayuden al autodescubrimiento y realización –recordemos que la educación es autoeducación- como personas (personeidades), personas únicas (personalidades) y profesionales.  Nuestra misión, entonces, se dirigirá a personas únicas que, a su vez, elegirán sus propias vías (saberes) para servir a los demás: artistas, artesanos, técnicos, ingenieros, científicos, religiosos, militares, empresarios, políticos, economistas, comunicadores, presentarán sus más propias y preciadas potencialidades; las que deben aprender a potenciar y realizar, en orden a los valores trascendentes bien, verdad y belleza… Ninguna vía es mala ni innecesaria; todas ellas potencializan al ser humano; pero educado es quien pone el poder al servicio del deber.  Nuestro reto educativo, por lo tanto, será descubrir la forma de co-crear situaciones que enseñen a descubrir y cultivar la creación y a sí mismo, con infinito respeto y equidad.

… estimados alumnos, por vocación, ustedes y yo somos educadores y desde ya debemos entregar nuestros pequeños o grandes talentos, conocimientos y habilidades o competencias, a quienes son y serán nuestros educandos; directamente  a ellos pero también a sus familias, amigos, comunidad en general, medios de comunicaciones… Solos no podemos hacer todo lo que el mundo actual requiere de nosotros: Debemos formar comunidades educativas, sabias y no meramente cognitivas,  con una sola intención: Limpiar almas agrietadas por el desamor o el egoísmo, la prepotencia, la mentira, para conformar una sociedad donde convivamos en paz, justicia, colaboración, misericordia y caridad.

Actitudes del Hombre ante la realidad:         

1.       La actitud filosófica

                La Filosofía no es un conocimiento hecho; sino un hacer, un constante filosofar. Enseñar filosofía es enseñar a filosofar, a reflexionar con la mirada puesta en la verdad real; sin otro compromiso que con la verdadera realidad….  Por ello, en el filosofar, no hay enemigos ni cómplices; no hay intento de posesión o de poder sobre el otro; sino sólo maestros y discípulos; adversarios siempre dialogantes…ni perdedores, ni ganadores.   Sócrates, Platón, Aristóteles, Tomás de Aquino, Descartes, Heidegger, Ortega y Gasset, Zubiri y tantos más, nos presentan una diversidad de perspectivas que emergen de tiempos, historias y mundos distintos pero todos unidos por una misma vocación, misión e ideal: la búsqueda fervorosa de la verdad y su enaltecedora enseñanza. …

(Develar: quitar los velos para descubrir la verdadera realidad, oculta tras las apariencias. Saber develado es aquel que procura el hombre por sí mismo, haciendo uso de su entendimiento e instrumentos indagativos).

La filosofía es un filosofar …esto es, un quehacer que emana de una actitud de búsqueda, de descubrimiento; una actitud intelectual de honesta búsqueda de la verdad por amor a ella; un saber al estilo socrático: una dedicación, un compromiso, una vocación, un amor. Un saber humilde que indaga con respeto; que sólo puede asegurar qué es lo que no sabe y, simultáneamente, una actitud educativa porque insta a un constante afán de superación, de interrogantes y de diálogo.

       

        Así, el método filosófico es el camino que realiza cada cual para encontrarse con la verdad; esto es, con la realidad que "verdadea" o verdad real. En este sentido, cada camino es único, porque cada uno debe no sólo recorrerlo sino construir, dirigiendo y haciendo uso de las herramientas y estrategias necesarias para ello; lo que no es lo mismo que decir que cada cual tiene su verdad; pues la verdad no depende del camino ni de quien la indaga; sino que pertenece a la realidad indagada o cuestionada por el investigador o filósofo. Insistamos una vez más: la verdad no depende de lo que creamos, pensemos o deseemos; por el contrario; nosotros debemos buscar la forma adecuada de acceder a la realidad verdadera, haciendo uso o forjando los caminos y herramientas, instrumentos o estrategias (técnicas) que respetan la naturaleza de ésta de tal modo descubrirla sin adulterarla.  En la actitud filosófica, el indagador encuentra su fuerza en la realidad o verdad real: en ella está su fundamento; pues verdad es lo que la realidad realmente es.

 

2.       La actitud doctrinaria

        Más allá, en el origen y destino de nuestras existencias y mundos, encontramos, ya no la ignorancia de los límites del conocimiento develado, investigado, demostrado; sino el misterio que sobrepasa la razón y  busca una respuesta en la verdad revelada.  La verdad revelada es aquella que se ofrece a quien tiene fe, escucha y asume como verdad lo que le dice aquella Realidad de Realidades, Creador no creado, sabio y amante perfecto, creador del universo.   La fe tiene que ver con los misterios, con aquella dimensión del Universo que nos sobrepasa: ¿Por qué vinimos a la existencia; ¿por qué de esta forma, en un aquí y ahora precisos? ¿Antes de la vida y después de la muerte, qué y para qué?  La verdad revelada no es una verdad a la que se tenga acceso desde la razón y desde el laboratorio, pues las realidades a las que alude son superiores a las que se pueden apreciar en un tubo de ensayo, captar un microscopio o un telescopio.  

                Todo ser humano es creyente; pues creen tanto los que aceptan como los que rechazan la existencia de un Ser Superior; ya que estos últimos tampoco pueden demostrar su no existencia.  El camino de la fe no es un camino contrario al de la razón, sino distinto; pues ambos –si son honestos- buscan la verdad real.  Así, son muchas las ideas (producto del razonar y la investigación) y las creencias (producto de la fe) que coinciden… Es más, el hombre de ciencia, si es honesto, sabe que su filosofía o ciencia tiene límites y que la realidad es más compleja de lo que puede hoy captar su razón.  Tanto quien se inicia en la existencia y el saber, como quien ya ha recorrido gran parte del camino, se da cuenta que las preguntas que nos hacemos sobre nuestra esencia, origen y destino o sobre el sentido último del Universo y de la educación, nos llevan más allá de los límites de la filosofía y de la ciencia; pues no todo puede ser observado ni razonado…

                 Ante la diversidad de credos, el respeto es la actitud propia del educador. Respeto y tolerancia se ponen a prueba ante quienes tienen un credo distinto, con un solo límite: Es respetable toda idea y credo que no atenta contra la dignidad de ser. Por mi parte, tengo un pensamiento que siempre lo transmito: Toda fe que saca a luz lo mejor de ti, es válida.

                  Credo, ideario e ideología se presentarán como alternativas, en un juego que variará según el sentido que demos a nuestra existencia y, en ella, a nuestra profesión.  Lo importante es tener clara la diferencia entre una y otra actitud, sus alcances y límites y nuestro deber educativo ante ellas.           

  

3.       La actitud ideológica

… La fuerza de una ideología está no en la verdad real sino en la idea propagada, en la fuerza de la mayoría que la milite: Que hoy alguien proponga que la tierra es el centro del sistema solar, no tendría ninguna fuerza…   Por lo mismo, en el ámbito ideológico, hay seguidores y opositores, conveniencias e inconveniencias, propaganda y anti propaganda, estrategias de manipulación para lograr adherentes y derrotar al “enemigo” que es visto como obstáculo opositor: están los “nosotros” y “los otros”.  No es suficiente la exposición de la verdad, sino el ser convincente, creíble.  Al ideólogo le interesa la popularidad, pues sin ella no tiene el apoyo de la masa para obtener poder; por lo cual la idea es simplificada y entregada de forma intencionada al propósito ideológico. 

Mientras en la actitud científico-filosófica vamos directamente a la realidad para desde ella hacernos una idea sobre la misma, en la actitud ideológica no indagamos sobre la realidad, sino que preguntamos a otro qué piensa sobre ella: hay un desarraigo de la realidad.  Insisto en que no podemos ser indagadores de todo; pero es importante saber cuándo estamos moviéndonos de una u otra forma, para prevenir el error, el engaño.  Educativamente, es importante tener presente:

La ideología puede ser objeto de estudio o puede ser objeto de militancia: Ahora bien, las ideologías respecto ciertas área de la existencia pueden ser filosófica, histórica o científicamente estudiadas y enseñadas; algo muy distinto es que la forma de estudiarlas y enseñarlas sea ideológica. En este último caso, nos encontraríamos en una actitud militante que, como tal, pretendería hacer del educando un adherente ideológico; lo que es contrario a la educación cuyo carácter formativo requiere de un educando interrogante, crítico, cuestionador e indagador y de un educador que crea las condiciones propicias para ello.  Situación contraria al ideólogo que parte con ideas preconcebidas, con la finalidad de propagarlas y no ser cuestionado.   Demás está decir que para que se dé un debate de ideologías, que también puede ser interesante educativamente, éste se debe dar ante un público idóneo que posea autonomía cognoscitiva y moral sobre el tema a discutir, de tal modo pueda superar las propias simpatías o conveniencias personales.

 

 

 

 

 

FUNDAMENTOS AXIOLÓGICOS DE LA EDUCACIÓN

 FUNDAMENTOS AXIOLÓGICOS DE LA EDUCACIÓN

Principios de Ética General

1º   Haz el bien y evita el mal

2º Principio de tolerancia: Desgraciadamente, dado que existe el  mal, cuando no hay alternativa alguna para evitar un mal mayor, se debe actuar conforme al mal menor.

3º   Se puede actuar mal por comisión u omisión, esto es, cuando se hace lo que no se debe hacer o cuando no se hace lo que se debe hacer.

4º   Para que haya mérito o culpabilidad de los actos, tiene que haber conocimiento o debiera haberlo y voluntad.

5º Existen agravantes y atenuantes de lo actos:

      a)  Según la acción e intención:

ACTO

INTENCIÓN

MORALIDAD

Bueno

Buena

Bueno

Malo

Mala

Perverso

Bueno

Mala

Más malo

Malo

Buena

Menos malo

 

      

 b) Es más malo actuar contra alguien inocente o de actuar correcto, que ante quien actúa mal.

 c) Más mal actúa quien tiene mayores conocimientos y mayores responsabilidades.

 d) Mayor es el mal cuando se atenta contra un bien mayor.

 e) Mayor es el mal si se hace con escándalo, esto es, se ufana de él y se trata de propagar.

 f)  Mayor es el mal si se actúa en contra de quienes somos responsables

 g) Mayor es el mal si se actúa contra un bien público o común que contra un bien particular.

 

          Educarse implica el reto de ascender en honestidad, en bondad de ser, en mérito de ser; implica, por lo mismo, la realización de virtudes.    Ahora bien, llamamos virtudes morales a las diversas formas que presenta la realización del bien, acorde las situaciones que debemos enfrentar durante el desarrollo de nuestra existencia. Así, hablamos de virtudes naturales cardinales o derivadas y de virtudes teologales o sobrenaturales. La educación en este sentido implica un reto moral, pues el bien no siempre es fácil de distinguir del mal; como tampoco es fácil superar la comodidad, conveniencias o placeres inmediatos que puede ofrecer el aparente bien o mal. Muchas veces el ser humano distingue entre lo bueno y lo malo, lo correcto o incorrecto; pero por debilidad cae en los vicios. Mientras las virtudes implican una real realización del auténtico ser que somos; los vicios implican una falta de auténtica realización que puede ocultarse tras la fachada de bienestar, poder, tener o placer.

            Prudencia, Fortaleza, Templanza, Justicia son las virtudes que llamamos naturales “cardinales”, por cuanto como los puntos cardinales, indican un camino de corrección a seguir (un camino educativo). Cada virtud cardinal se puede expresar a través de diferentes virtudes que , entonces, son llamadas “derivadas” La adjetivación de “naturales” es para diferenciarlas de las virtudes teologales o sobrenaturales que dicen relación directa con Dios, pues en Él tienen su origen y destino; así las virtudes de la fe, esperanza y caridad (camino de gracia, revelación y santidad).  Las virtudes cardinales naturales, en cambio, centran su realización en la voluntad del ser humano y en su relación del mismo con la naturaleza y con los demás hombres.  Imprudencia, Debilidad, Intemperancia e Injusticia; Infidelidad, desesperanza y odio, son las nominaciones que damos respectivamente a los vicios que caracterizan una existencia por oposición o ausencia de las respectivas virtudes. El estudio de la educación en relación con las virtudes teológicas y con el sentido final de la existencia o llamado Bien Final o Último, puede dar lugar a una perspectiva teológica de la educación.  

 MOMENTOS DE UN ACTUAR ÉTICO

PENSAMIENTO DE IGNACIO ELLACURÍA 

… Debemos conocer la realidad, para direccionar nuestra creatividad y optar por aquellas respuestas que impliquen “cultivo de” y no “destrucción de”: Dar la espalda a la realidad es una actitud suicida y homicida de la cual somos inevitablemente responsables. Así, es suicida quien construye castillos en el aire, desconociendo el terreno; pues proyecta un futuro sin considerar la verdadera realidad. La imaginación pueril como es sabido es la que se pierde en ensoñaciones sin punto de apoyo en la realidad educación.  La educación requiere de la capacidad de discernir entre lo aparente y lo real, deducir las consecuencias y, luego, elegir…  En la crianza, el adulto (padres, profesores, médicos) deben elegir lo mejor, lo que es bueno para el crío y evitar lo que realmente es nocivo para él.

Para educar en responsabilidad, debemos educar desde la realidad de un ser humano “situado”, que nos permita cumplir con aquellos tres momentos éticos de que habla Ignacio Ellacuría: hacerse cargo de la realidad, cargar con ella y encargarse de ella para que sea como debe ser.

Si queremos educar, debemos conocer la realidad que viven nuestros educandos; cómo la experimentan, qué sentido y valor le dan en el marco y horizonte históricos de sus vidas. Ser científicos es ser investigadores, indagadores de la realidad misma: es en la realidad donde encontraremos la explicación de lo que le acontece. Esto, que pareciera obvio, a veces parece olvidarse; pues son muchos los que hacen discursos sobre cómo educar sin mirar al educando real; sin interesarse por sus anhelos y temores, sus penas, alegrías y esperanzas o desesperanzas. La hipótesis, la variable determinada, la muestra, la fórmula estadística…; eficaces en el ámbito del mundo predeterminado y lógico - matemático; dejan de lado, desde el punto de partida, lo más esencial del ser humano: su toma de conciencia, su libertad, su vocación de dignidad, su alma, su mismidad… Por ello, se acumulan estadísticas y cientos o miles de investigaciones sociológicas sobre la pobreza y el hombre sigue indigente; lo mismo acontece con la educación…y con otras áreas humanas. Tratemos, entonces, de entender la realidad del educando, la nuestra y el mundo real en que nos encontramos situados.  No se trata de conceptos abstractos, ni de fórmulas preconcebidas; sino de experiencias únicas que ocurren en la historia de vida de personas también unas e íntimas.

1) «Hacerse cargo de la realidad» implica entender la situación real que tenemos ante nuestra mirada. Por ejemplo, entender la situación de agresión y falta de respeto ante la cual podríamos encontrarnos en una sala de clases: Entender sus causas, motivos que la impulsan, formas de expresión, situación familiar de los educandos… Estudiar la realidad de cara a ella, no es lo mismo que estudiarla en la abstracción de un discurso lineal sobre la violencia que puede aparecer en un libro.  No digo que el libro no sirva, sino que es complemento… pero no sustituto de la realidad.  El libro puede aclararnos algunos conceptos, entregarnos algún lenguaje apropiado, algunas estrategias, precisamente, de acercamiento a la realidad que nos preocupa y la cual debemos indagar. 

Para hacernos cargo de la realidad de cualquier realidad y llevarla hasta un salón de clases para tratarla con los alumnos y/o apoderados, sin herirlos, sin exponer sus vidas privadas, el cine nos entrega un aporte pedagógico incalculable; pues a través de su ficción podemos llevar, en un lapso de dos horas, la violencia tal cual se da en situaciones reales de vida: así, podemos presenciar la historia de una agresión física y psicológica desde sus inicios y hasta su culminación; aprehendiendo a través de ella lo que ocasiona el grito, la humillación, la tolerancia de lo intolerable y, al final, la liberación y la búsqueda de la identidad perdida. El cine, nos recrea una realidad sin desintegrarla; pues al igual que la vida real, hace uso de un lenguaje no lineal. Nos permite conocer todos los factores que inciden; la historia misma de cómo se fueron dando; los personajes involucrados y sus formas de actuar e influir en ella.

 

Una pedagogía experiencial necesita instalarnos en la realidad misma para que, por empatía, accedamos a ella experiencialmente; a través no sólo de una observación directa, sino íntimamente, esto es, haciéndola formar parte de nuestras propias experiencias de vida –acogiéndola- para luego entenderla comprensivamente.  A ello aludimos cuando decimos “me pongo en el lugar de”, “siento en carne propia lo que te ha pasado”.  Se trata, entonces, de imaginarse intelectiva, moral y afectivamente lo que otros han vivido; es lo que también se logra con las historias fílmicas que mágicamente, con el uso de los recursos del lenguaje cinematográfico, nos introducen en un mundo que, aunque sabemos ficticio, nos hace sentir lo que viven los personajes: nos enojamos con ellos, reímos, lloramos, criticamos, damos consejos… El espectador de cine, en la medida que conoce todos los elementos que conforman una situación: quienes son los buenos, los que mienten, los engañados, las intenciones de los personajes, sus fortalezas y debilidades, etc., entiende la realidad, por ello, puede “hacerse cargo” de ella y, seguidamente, “hacer los cargos que corresponda”, esto es, “cargar con la realidad”.

2) “Cargar con la realidad” implica determinar y analizar los distintos grados de responsabilidades que se articulan en una situación; distinguiendo entre causas, influencias y condiciones. La causa es la determinante. Si no tienes el don o virtud del canto, por ejemplo, jamás podrás cantar bien, aunque tengas la oportunidad de acceder a los mejores maestros de canto. Pero si cantas bien, la causa es tu don y tu esfuerzo por realizarlo; el maestro ha sido una buena y a lo mejor gran influencia o apoyo positivo, que ha facilitado la acción de la causa que es siempre íntima, pero no es determinante de tu realización; pues somos libres. Ahora bien, podrás saber cantar; pero si estás afónico o estás en un recinto donde se debe guardar silencio; hay que esperar o hacer algo para que cambien las condiciones.  En otras palabras, la causa es determinante; las influencias y condiciones, no.  Existiendo la causa –el talento- el ser humano puede superar toda influencia y condicionamientos, como también puede no aprovechar las influencias y condicionamientos positivos: Tiene talento, los medios óptimos para aprender, el tiempo y lugar apropiado, pero la falta de voluntad o inseguridad, inhibe la actuación de la causa, esto es, la actualización de su talento.  Superados los vicios o debilidades, podrá realizarse si lo hace “a tiempo”; pues algunos talentos son condicionados por el paso del tiempo, a tal punto, que se vuelven un “imposible de realizar”; ejemplo, el tenis a gran nivel, la danza.  Las causas son siempre íntimas o internas (La causa de que el vidrio se quiebre con una piedra es su fragilidad; si no fuera frágil, no se rompería ni con un balazo.  Influencias para que la fragilidad actúe son muchas: agua hirviendo, un terremoto, un alunizaje…  Cargar la realidad, entonces, implica tener claridad sobre cuáles son las causas de un actuar y qué lo motiva o influye, condiciona.

 

3) “Encargarnos de la realidad” implica estar en condiciones de poder asumir la propia responsabilidad frente a quienes nos hemos comprometido. Somos educadores; algo debemos hacer frente al dolor, abandono, violencia que sufren nuestros educandos; no podemos asumir una actitud de irresponsabilidad o de inoperancia. Ser responsables implica responder de las consecuencias de lo que hacemos y de lo que no hacemos. Por supuesto que, para ello, tal como hemos visto, es necesario hacerse cargo de la realidad, luego cargar con ella y, ahora, encargarnos (responsabilizarnos) de ella; preguntarnos, entonces, qué debemos hacer ante tal situación.

Cuando damos espacio y derecho a cualquier acción injusta, sin hacer nada, no sólo aumentamos el daño a quien ha sido injustamente agredido, sino que dificultamos la convivencia en paz de un curso y damos lugar al mal ejemplo. 

… Debemos asumir nuestra responsabilidad; atrevernos a mirar, ver y tomar las riendas para guiar a quienes nos corresponda por buenos caminos y, si no existen, construirlos… Buscar o crear un buen material en el cual los educandos descubran y logren discernir y entender el buen y mal actuar, la diferencia entre virtudes y vicios, se planteen dilemas éticos… Liderar para instar a otros a colaborar en la misma ruta, elaborar planes de acción o programas educativos y, así, formar en valores para erradicar la maleza y sanar las heridas de muchas almas. 

Alfonso López Quintás, afirmaba en el libro que escribiera junto a Gustavo Villapalos: “La responsabilidad es siempre proporcional a la dignidad. La dignidad de quien consagra su vida a orientar a niños y jóvenes es muy alta. Se hace responsable del futuro de estas personas y, consiguientemente, de la sociedad”

 

Antes de hacernos cargo de la realidad, debemos hacernos cargo de nosotros.

Entender o entendernos no es fácil. Por ahora, digámoslo en forma simple: Somos lo que hemos ido haciendo de nosotros a lo largo de nuestra trayectoria de vida; en ello debemos incluir lo que podíamos o debíamos haber sido y no fuimos y lo que podríamos o deberíamos ser y aún no realizamos. Generalmente, entender nuestro propio actuar personal, es mucho más complejo que entender el de otros… A veces, la explicación o comprensión de una actitud, decisión o comportamiento está en la interpretación o sentido que hemos dado en el pasado a una experiencia que, para otros, podría no tener mayor incidencia.  Analizarnos moralmente es difícil, influyen sentimientos y un pasado que no es recordado tal cual ocurrió.  Además, el pasado ya fue, no es modificable; la esperanza está en proyectar un futuro que aún no es.  Es algo que todo educador debe tener presente, para alentar al alumno a superarse y no aplastarlo, haciendo hincapié en el error ya pasado.